sábado, 10 de marzo de 2012

Capitulo 26

#An Angel's smile is what you sell, you promise me heaven then you put me in to hell.


~Alanna~
Estaba sentada en el avión, estábamos a punto de despegar, dos horas hasta España, dos horas para pensar, mi hermana me estaría esperando en el aeropuerto. Las azafatas nos mostraban como ponernos el cinturón de seguridad y dónde estaban situadas las bolsitas de papel para la gente que se marease. El avión despegó y yo encendí el Ipod, "Total Eclipse of my heart" adoraba esa canción. Recordé la tarde del domingo; reímos mucho, estábamos todos de nuevo en el salón con, al menos siete fuentes de palomitas, chucherías, patatas, estuvimos viendo una película todos juntos, "Pesadilla en Elm Street El Origen", me gustó bastante, cuando acabó las palomitas sobrantes comenzaron a volar por los aires, fue una auténtica guerra de comida. Lo pasamos realmente bien, hice muchas fotos. Ahora las tenía en las manos, Hailey y Danny muertos de risa en el sofá, Levi con el bol de palomitas vacío a modo de sombrero, Harry, Dougie, Tom y yo con caras extrañas... y esta, fue la última foto que hice, pero la guardo con especial cariño, Ryder y yo  juntos sonrientes, nunca lo había visto así, sonreí. Junto a mí había una señora bastante gorda pero parecía simpática, señaló a Ryder en la foto y me preguntó.
-¿Es tu novio? Es muy guapo
-No señora, es solo un amigo...un buen amigo
-Eso está bien, los chicos y las chicas deben ser amigos... pero no me negarás que es muy guapo- Sonrió amigablemente.
-Sí, lo cierto es que lo es- Me había fijado bastante en que era un chico atractivo, pero no caí en la cuanta hasta que esa mujer me lo dijo de lo extremadamente atractivo que me resultaba, su pelo castaño, sus ojos claros, me perdí un momento intentando averiguar porqué no me había fijado antes en él.
-Tengo una hija de tu edad, se llama Margaret, es muy estudiosa, hace poco se licenció en medicina, trabaja en España y voy de camino para verla-La mujer me sacó de mis pensamientos y lo cierto es que se lo agradecía, no me apetecía pasar las dos horas de vuelo pensando si sentía algo por Ryder o por Harry- ¿Tú estudias?
-Sí, más o menos -No quería dar muchos detalles.
-Y dime bonita ¿Por qué vas a España?
-Mi hermana vive allí y hace tiempo que no la veo, me apetece cambiar de aires-Mentí, pero ¿Qué podía hacer? Lo cierto es que lo último que quería era marcharme de Londres y mucho menos ahora.
-Es extraño-dijo la mujer.
-¿Qué es extraño?
-Tus ojos, perdona que sea tan descarada, pero juraría que antes estaban mas amarillentos y ahora son como de un tono verdoso.
-Quizás sea la luz- No se me ocurrió otra cosa que decirle, no tenía nada preparado para aquello e improvisar nunca fue mi fuerte.
-Sí tienes razón ¿Qué otra cosa podía ser? -Ella rió ante su ocurrencia y yo sonreí lo mejor que pude.
Pasé las dos horas del viaje escuchando a aquella señora que me hablaba de su hija, de lo vago que era su marido y lo mucho que le gustaba el fútbol, me dijo que ella no soportaba aquellos partidos porque se le hacían interminables, su afición por la repostería y lo buenos que están sus brownies, lo mucho que quería a su hermana y el perro que se compró hace poco, aveces soltaba un "¿No te aburro con mis historias? No puedo estar callada" yo simplemente asentía, así al menos tenía la mente ocupada. Cuando el avión tomó Tierra la señora se despidió amablemente de mí, yo cogí mi equipaje de mano, me lo eché al hombro y salí por la puerta, después de recoger mi maleta de aquella interminable cinta me encontré con mi hermana que me buscaba mirando de un lado al otro, cuando la vi no pude evitar emocionarme.
-¡DELANCEY! - grité y gran parte del aeropuerto se me quedó mirando, pero no me importaba, mi hermana vino corriendo hacia mí y me abrazo tan fuerte que casi me caigo al suelo.
-¡Alanna! La espera se me ha hecho eterna, fíjate si te quiero que iba aquedar con mi novio y le he dicho que no porque tenía que venir a recogerte- Sonrió y yo con ella, mi pequeña Delancey siempre fue la más guapa con sus ojitos color avellana que... un momento...ahora estaban azules...algo no estaba bien, empecé a ponerme nerviosa.
-¿Delancey?
-¿Sí?
-Tus ojos...
-Alanna...
-¿Son lentillas?
-No exactamente... es una historia compleja...y tú debes de estar cansada...
Andamos en silencio hasta el coche, yo ya tenía mis hipótesis sobre lo que podía haber pasado así que lo aposté todo a una carta.
-Delancey- Me miró antes de arrancar y yo abrí la boca y enseñé mis pequeños colmillitos. Sonrió, tal y como imagina, imitó mi gesto y yo pude ver que ella también tenía los suyos más puntiagudos- ¿Cómo?
-Mi novio, me mordió... él es... bueno, no quiero dar muchas explicaciones... y ¿tú?
-Un poco de lo mismo, pero suprimiendo lo del novio, fue un chico y después nos estuvimos conociendo...pero nada más...
-Algo así me pasó a mi... pero yo si que me enamoré de él ¿Tú no sentiste nada?
-Pues algo de cariño si que comencé a cogerle pero después...- Le conté toda la historia de camino a casa, desde que encontré a Harry en mi casa la noche que llegué de fiesta hasta  el domingo de la última comida todos juntos, omití las historias, pensé que sería mejor mantenerlas en secreto. Mi hermana me miró sorprendida por lo del secuestro y todas las cosas tan raras que me ocurrieron, cuando llegamos a su casa me explicó que su novio estaba trabajando en un bufete de abogados y que vendría para almorzar.
Delancey vivía en un piso con dos habitaciones bastante grandes, una cocina, dos baños, y un salón bastante grande.
-Vaya, me esperaba un piso más pequeño-Ella rió.
-Lo sé, a mí me encanta. Ahora estoy de vacaciones durante dos semanas, así que podremos pasar mucho tiempo juntas, te ayudaré a adaptarte y a acomodarte un poco, vamos a deshacer tus maletas.-Me acompañó hasta la habitación de la derecha y entre bromas colocamos mi ropa entre los cajones y el ropero.
-¿Tú novio duerme aquí?
-Bueno, la mayoría de las noches duerme conmigo, otras no, se queda en un piso que tiene junto a la oficina si tiene mucho trabajo, pero solemos comer juntos siempre y los sábados vamos al cine o al parque. Eso me recuerda, tenemos que hacer un almuerzo especial para celebrar que estás aquí.
-No hace falta, con cualquier cosa va bien.
-De eso nada, y si... ¿Hacemos tu comida favorita?
-¿Te refieres a...?
-¡Pizzas caseras!
-A eso no voy a decir que no
-Bien, pues espérame aquí que voy en un segundo al supermercado y traigo todo lo necesario para prepararlas
-¿No quieres que te acompañe?
-No, está aquí al lado, tú descansa un poco.
Dicho esto salió por la puerta como una flecha... mi hermana, siempre tan impulsa e incontrolable, lo cierto es que todavía no le había preguntado ni como se llamaba su novio, tampoco había tenido tiempo. Comencé a deambular por la casa, fijándome en cada pequeño detalle, estaba muy ordenada para tratarse de la desastre de mi hermana, tenía algunas fotos con muchas chicas y también con chicos así que me costaría averiguar cual de ellos era su novio. Sería más fácil preguntarle en cuanto llegase, aunque tenía un palpito con el chico moreno de ojos color miel, estaba casi segura de que tenía que ser ese. Apenas quince minutos después Delancey entró con dos bolsas y las dejó sobre la encimera. 
-Alanna vamos, que me muero de ganas por empezar a cocinar
-Espera ven un momento
-¿Qué pasa?-Dijo acercándose.
-¿Es este tú novio?-Dije señalando al chico de mi palpito.
-Sí, ese es Kyle ¿Cómo lo has sabido?
-Un palpito, algo me ha dicho que era ese -Comenzamos a reír y fuimos directas a la cocina.
Comenzamos a cocinar, desde muy pequeñas nos gustaba preparar pizzas juntas, hicimos la masa y las preparamos, estuvimos media hora ella me contaba lo mucho que le gustaba su trabajo de periodista, que estaba feliz y que su novio era una persona maravillosa, yo le expliqué el lío que tenía entre Harry y Ryder, ella me miraba y me pidió que le enseñase las fotos.
-¡Los dos son muy feos!-Típico de mi hermana, le di un golpe en el hombro y nos reímos.
Las pizzas estaban a punto cuando escuchamos como abrían la puerta.
-¿Kyle eres tú? -Dijo mi hermana
-¿Quién si no?-Se oyó decir al otro lado de la casa. En ese momento un chico alto, robusto de pelo ligeramente rizado y color miel entró en la cocina- Huele de maravilla.
-Son pizzas caseras, las hemos hecho Alanna y yo -Dicho esto nos presentó.
-Alanna...-Se quedó en silencio un momento.
-Sí Kyle, ella también-Dijo mi hermana, ahora caía en la cuenta, él también había notado que yo no era humana.
- y ¿quién...? -Dejó la pregunta en el aire alargando la última silaba.
-Bueno...-Titubeé un poco
-No hace falta que me lo digas si no te apetece, es simple curiosidad... Por sí lo conocía.
-Se llama Harry... Harry Judd
-¿Harry Judd? ¿El enemigo de Becket?
-¿Conoces a Ryder?...-Kyle, ahora su nombre me resultaba natural- Tu eres Kyle, el "intermediario" entre el grupo de Levi y Ryder
-¿Tú conoces a Levi y Ryder?-Aquello era una situación extraña y enredosa.
-¿Hola? ¿Alguien puede explicarme lo que pasa?-Mi hermana nos miraba con la expresión seria y los brazos cruzados sobre los hombros.
Nos sentamos a comer y repetí una vez más la historia para Kyle, esta vez me basé más en el punto de vista de Ryder al que conocía poco y el me explicó muchas cosas más, se interesó mucho por el paradero de ambos y yo contesté gustosa a la mayoría de sus preguntas. Sabía que estaría a gusto en casa de mi hermana pero aún así me faltaba algo.
-¿Hay más vampiros por aquí?-Pregunté.
-Hay dos hermanos en mi bufete de abogados, Dante y Donovan.
Charlamos largo y tendido, entre cafés y dulces, en el sofá y en el pequeño balcón, Kyle volvió al trabajo y Delancey y yo continuamos la charla, hablamos de él ,de las casualidades, de lo mucho que nos habíamos echado de menos, de lo raro que era todo. Me acosté temprano alegando que estaba cansada, no me apetecía cenar, aún seguía despierta cuando Kyle llegó a las diez, los escuché saludarse e incluso pude oír como se besaban, a la media hora mi hermana entró en la habitación.
-Sabía que seguirías despierta.
-Sí, estoy pensando.
-Come algo-Dejó sobre la mesita de noche un vaso de chocolate caliente y un donut, me sonrío y se fue.
En cuanto acabe de comer me volví a tumbar en la cama y esta vez el sueño me venció por completo. Caí rendida en los brazos de Morfeo.

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