sábado, 3 de marzo de 2012

Capitulo 25

#I play my part and you play yor game.

~Cédric~
Respiré hondo, como me hubiese gustado poder salir corriendo y no volver, deseaba escapar de allí, pero sería faltar el respeto a los demás y no me lo perdonaría a mí mismo, ya me había fallado muchas veces. Volví a tomar aire.
-¿Por donde empiezo? ... -No tenía ni idea de por donde abordar el tema- Soy adoptado, me adoptaron cuando yo tenía más o menos siete años, por aquel entonces yo ya era vampiro, no recuerdo si nací a así o si me convirtieron, aunque supongo que si me hubiesen convertido me habría quedado con aquella edad... No recuerdo nada antes e los siete años, solo que me adoptaron, mi madre era una mujer buena que me quiso desde el primer momento y me ayudó a afrontar mi problema desde el principio. Mi padre no, él era un cabronazo que no me quería, cuando nació mi "Hermanastro" todo fue a peor, mi padre me echaba las culpas de todo, él era su niño perfecto y yo era aquel sucio bastardo, una mancha en su perfecta vida. Pero mi madre nos trataba por igual, eso era algo que él no le perdonaba. Cuanto más mayor me hice más me independizaba, hasta que llegué a esta edad de la cual no paso, ahora mi hermanastro tiene casi "70" años y yo sigo así. La historia de como llegue al centro la conoce todo el mundo, me enamoré de una chica, preciosa, dulce, atenta... la quería con locura, pero solo era capaz de hablar con ella a través de chat. Aveces salía por las tardes y la veía con sus amigas, tan alegre como siempre, mi mejor amigo estaba cansado de oírme hablar de ella, ahora me cuesta llamar a aquello mejor amigo, no sé como pude estar tan ciego, aquello solo era el hijo de puta más grande que ha poblado jamás la faz de la Tierra, lo más falso que conocí en vida, en esta penitencia. No tardó demasiado en comenzar a hablar con ella, e incluso quedaron un día, yo estaba completamente jodido ¿Cómo había sido capaz? -Aún cuando lo recordaba un dolor punzante me golpeaba en el estómago- Enloquecí, no hay otra explicación para lo que me ocurrió, me volví completamente loco, por mis venas corría una sed de venganza, perdí la noción del tiempo y olvidé por completo que era la amistad, ya no me importaba el amor y comprendí que ya no quería volver a sentir nada hacia nadie. Cargado de ira me presenté en la casa de aquella "cosa" a la que una vez tuve la idea de llamar "mejor amigo". Estaba allí sentado en la silla mirando al ordenador mientras reía y hablaba con alguna otra tía, cerré la puerta de un golpe tras de mí, mala suerte para él que no había nadie en casa, buena para mí ya que pude saldar mi cuenta. No me lo pensé dos veces; patada a la cara, le partí la nariz de un golpe. "¿Qué haces imbécil? Voy a llamar a la policía" me dijo. Le contesté que lo intentase que no serviría para nada, ates de que pudiese contestar le propiné cuatro puñetazos seguidos en la boca del estómago, primero con la derecha, después la izquierda, derecha, izquierda. Cayó al suelo rodeándose el abdomen con las manos, estiró una de ellas para alcanzar el teléfono y se la pisé con todas mis fuerzas, gritó de dolor, creo que le partí algún dedo, me pidió clemencia y le escupí en la cara. Lo agarré por el cuello y lo estampé contra el monitor del ordenador que se rompió desprendiendo chispas que le saltaron a la cara. Abrí la boca, pude ver su expresión de horror al ver mis perfectos y relucientes colmillos. Lo maté y después fui a por ella... pero no pude hacerle daño, a ella no, estaba tan perfecta, tan brillante... grité de desesperación y comencé a correr, lejos, rápido... dos años después me tatué esto- Enseñé mis muñecas "Unforgiven" y "No Mercy" las adornaban en negro, todos las miraban en silencio - Me atraparon ese mismo día, justo al salir. Me encerraron en el centro, lo curioso es que mi celda estaba vacía y tan solo dos horas después apareció Brett, casualidad, destino... hay muchas formas de llamarlo, yo prefiero echarle la culpa a la suerte.
~Brett~
Aunque la historia de Cédric era retorcida, dura y cruel, lo miraban con compasión, aunque estaba seguro que a mí no me mirarían igual, estaba seguro de que la mía era la peor historia de todas las que se habían contado aquella noche, sabía que algún día tendría que ser juzgado, estaba seguro de que tendría que afrontar lo que había hecho, pero no estaba preparado para hacerlo, aunque probablemente nunca lo estuviera, quizás este era el mejor momento para hacerlo. Miré atentamente a todas las personas de aquella sala, clavando mis ojos en todas ellas, una por una y comencé a hablar.
-Quizás después de acabar de contar mi historia me miréis con otros ojos, me consideréis un monstruo, ¿Quién sabe? Quizás lo sea, pero no me interrumpáis, no habléis hasta que acabe... Nací muerto, yo nací vampiro en una familia en la que mi madre era humana y mi padre murió de un ataque al corazón antes de nacer yo, mis abuelos también eran humanos... Supongo que algún pariente perdido por ahí tenía algo de vampiro y ese algo despertó en mí. Cuando el médico me tomó en brazos le dijo a mi madre "Lo siento, su hijo está muerto, n tiene pulso"... pero ella se negaba a creerlo  me miraba y decía "Pero ¿Cómo va a estar muerte? ¿Es qué acaso no ve como abre los ojos? ¿Está usted ciego?" El médico intentó calmarla pero ella no atendía a razones" "¡Devuélvame a mi hijo!" gritó, y con las pocas fuerzas que le quedaban, cogió todas sus cosas y se marchó del hospital, las vecinas la ayudaron todo el tiempo mientras ella seguía débil, nos ayudaron mucho. Yo crecí como una persona cualquiera, ella era mi apoyo y me llevó a muchos lugares en busca de una respuesta  a lo que me pasaba hasta que supimos que yo era un vampiro entonces comenzó a buscar en los libros de familia alguna pista, alguna respuesta, algún pariente extraño pero no encontramos nada... ella me dijo que todas las generaciones tienen un comienzo y que quizás yo era el comienzo de la nuestra. Siempre me apoyó, la quería tanto. Tenía miedo de que en el colegio me rechazaran así que contrató un profesor particular un compañero suyo de la facultad, un hombre de confianza decía ella, era joven tendría unos 19 años, me extrañó que hubiese estado en la misma facultad que mi madre hasta que caí en que él también debía ser un vampiro como yo. Se convirtió en mi único amigo hasta que mi madre murió y nos distanciamos, ella nunca me dejó tomar sangre salvo en ocasiones puntuales cuando yo no podía soportarlo más. Cuando ya no estuvo el dolor me podía, necesitaba la sangre para distraerme, una noche tuve un sueño muy extraño, había una voz que me decía "Brett, tienes un vacío dentro y ¿Sabes como hacerlo desaparecer? Con sangre, pero no una sangre cualquiera... con sangre de chicas enamoradas. La sangre de las chicas enamoradas es la más dulce y deliciosa." Cuando desperté eran las diez de la noche y me fuí a una discoteca, desde aquel día me dediqué a enamorar a las chicas y a llevármelas a casa... Era cierto, su sangre era deliciosa,  otras veces no me molestaba ni en enamorarlas yo mismo, simplemente las vigilaba y en los callejones acababa con las enamoradas... Maté a muchísimas, nunca probé nada mejor que aquello, aquel elixir, era cierto el tiempo en el que clavaba mis colmillos en sus cuellos y aspiraba su sangre no sentía aquel vacío en mí... pero era un egoísta, un monstruo... - Paré en seco, había demasiado silencio, Alanna tenía lágrimas en los ojos y Lena me miraba horrorizada, tomé aire y seguí- Cuando llegue al centro y conocí a Cédric mi primer impulso fue matarlo, pero en sus ojos había algo que me decía que él también tenía un pasado del que avergonzarse, así que decidí que lo mejor sería hablar con él, quizás podría encontrar un amigo, un alma caritativa que me tendiera su comprensión y bueno así fue... -Suspiré- He acabado.

~Alanna~
No sabía que decir, la historia de Brett me había helado la sangre, nunca pensé que alguien podría ser tan retorcido, pero lo cierto es que yo no era nadie para juzgarlo... me daba muchísima pena, quizás no era justo echarle a él toda la culpa, lo único que tenía murió y fruto de eso quizás su cerebro proyectó una escapatoria hacia el dolor y se lo hizo ver a través de un sueño... Llevados por el dolor todas las personas que están aquí han hecho cosas horribles, fruto de un mal, la rabia, la muerte, la venganza son las protagonistas de todas estas historias... Es un popurrí de historias de terror, dramas reales de gente real... sus miserias, sus temores y los errores que desearían borrar de sus vidas. Me encantaría poderlos ayudar a todos pero mi ayuda no serviría de nada... ellos desean morir para no tener que recordar, pero están condenados a recordarlo por siempre... no fue justo para ellos tener que explicar las cosas de las que se avergüenzan, son sus "esqueletos encerrados en el armario" sus secretos, aquellos que les gustaría no tener que contar, suprimirlos para siempre, enterrarlos en una humareda de nuevas y mejores historias, pero la vida es dura y si no fuera por nuestros errores jamás aprenderíamos. Me levante decidida y segura. Abracé a Brett tan fuerte como pude y le susurré al oído, como si alguien me hubiese dado todo el poder a mí, como si fuese necesario que yo lo dijese, "estás perdonado". Vale, no era decisión mía, pero yo quise hacerlo y él me lo agradeció, ya no estaba tenso, ahora lloraba en mi hombro, como si yo fuese una perfecta vía de escape, como si realmente tuviese el derecho y el poder para perdonar a alguien. Pero a nadie pareció importarle todos parecían de acuerdo conmigo en que Brett merecía el perdón que nadie la había dado y tampoco a nadie pareció importarle que fuese yo la que lo liberase de la prisión de sus recuerdos en dos palabras.

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