sábado, 14 de enero de 2012

Capitulo 19

#Never in question, lethal inyection.


~Ryder~
 Estaba en una encrucijada, no tenía claro si me podía el odio hacia Harry o aquel cariño que comenzaba a experimentar por Alanna. Cogí un cigarro y me lo puse en los labios, lo encendí, una calada, cerré los ojos, necesitaba relajarme, pensar con claridad, debí haber pensado en todo esto antes de hablar con Cédric y Brett. Ahora era tarde, ellos esperaban un plan, de los míos, los de siempre, aquellos en los que siempre había algún herido. Pero a mí no me apetecía pensar, quería tumbarme en la cama, y soñar con ella, ¿Por qué? Nunca me había pasado nada así, quizás porque nunca nadie fue tan amable conmigo, tampoco dí a nadie esa posibilidad, siempre fui un hijo de puta en todos los aspectos, nunca acepté el cariño de nadie y ahora aquella chica había roto mi coraza y yo no tenía idea de como repararla, en cierto modo tampoco quería hacerlo. Casi sin pensarlo estábamos en frente de aquella casa, casi había anochecido. Tiré la colilla y exhalé la ultima bocanada, el humo salía de mi boca y dibujaba formas en el aire. Me giré hacia los chicos que me miraban, dispuestos a escucharme, a obedecer cualquier cosa que les dijera. Brett, sediento de sangre, como siempre, le gustaba la acción y no dejaría de gustarle, me preocupaba, pero su sed siempre había sido muy útil para mí, y Cédric, luchando por un perdón que probablemente no encontraría, hubiese hecho todo lo posible por enmendar su error, ahora no podía hacer más que ayudarme, al parecer le hacía sentirse mejor.
-Ryder, llevas toda la tarde divagando y aún no nos has dicho nada- Cedric me miraba preocupado.
-La verdad - no sabía como salir de esta, quizás debí haber mentido, pero no lo hice- No se me ha ocurrido nada.
- En ese caso será mejor que lo dejemos estar, sería estúpida entrar ahí sin un plan, a lo loco, tenemos la suficiente experiencia como para saber que no saldría bien- ¿Era cierto lo que estaba escuchando? ¿Brett hablaba con propiedad? No podía creerlo, él mismo Brett que tiempo atrás habría matado a su propia madre por un poco de sangre estaba diciendo aquello. Miré a Cédric y se encogió de hombros.- Eh, ya se lo que estáis pensando, dejad de mirarme así, vamos - Sonrió- Yo también tengo mis momentos de lucidez, he madurado. Reímos los tres.
Lo decidí, daríamos la vuelta y nos iríamos a casa, descansaríamos y aquella noche yo idearía el plan perfecto, todo saldría bien. Nada más lejos de la realidad. A partir de ese momento todo se torció. 
-Ryder, Cedric y Brett... 
Me giré despacio, no lo necesitaba, sabía quién hablaba, lo que no sabía hasta que me di la vuelta es que tras nosotros había al menos once personas, quién habló fue Neal, llevaba a Levi agarrado con unas esposas, y en la misma situación se encontraban Jeff y Blake sosteniendo a Kurt y James. Dos chicas, las amigas de Alanna, me habló de ella en nuestra pequeña estancia juntos, Hailey y Lena y después mis "amigos" Danny, Tom y Dougie. Oh, Dios, la pregunta era ¿Qué hace aquí toda esta gente? No tuve que preguntarlo, Brett habló por mi.
-¿Qué hace aquí tanta peña?... No hemos hecho nada. - Parece que su momento de lucidez había acabado "No he hecho nada", es la forma más de tonta de acusarse uno mismo.
-Estamos aquí porque esto se nos está yendo de las manos.- Dijo Blake.
-¿Qué es exactamente lo que se nos va de las manos?-Estaba furioso, solo quería irme a casa y probablemente ahora me tocaría explicar porqué estaba frente a la casa de Alanna, y para eso no tenía respuesta.
-Hace menos de una semana aquí había menos de cinco vampiros, sois más de ocho y el número va aumentando, maldita sea. Tú has secuestrado a una chica y te has peleado con Levi, Ryder estás aquí con un programa de reinserción, tu actitud no ayuda en absoluto.- Neal, como siempre preocupado por mí y echándome charlas como si de mi padre se tratase.
- Lo sé, pero eso no explica porque hay aquí once personas.
-Lo cierto es que vamos a aclararlo todo, veníamos a casa de Alanna  en busca de Harry y de ella, más tarde saldríamos en vuestra busca, parece que hemos tenido mucha suerte... ¿Qué estáis haciendo aquí?
-Esa no es la pregunta, ¿Buscarnos para qué? - Por suerte he conseguido salir del problema por ahora, tendré más tiempo para currarme una excusa más o menos creíble.
-Ya lo he dicho, para aclararlo todo.
-¿Qué es todo exactamente?
-Cuando estemos todo, lo explicaré- Estúpido Blake, siempre tan arrogante.
Tom encabezaba aquel grupo de gente tan distinta, entró con paso firme al jardín de la casa y tocó a la puerta. Allí estaba ella con su sonrisa de siempre, su mirada cálida, miró a Tom y después posó su vista en todos y cada unos de los personajes que estaban ante ellas, mirándola expectantes, cuando se fijó en mi su sonrisa se desvaneció y una punzada de dolor recorrió mi cuerpo, me había dolido esa mirada. Mantuvo una breve charla con Tom y Neal y después nos dejó pasar a todos, fui el último en entrar, quería decirle algo, incluso me planteé pedirle disculpas, pero ¿De qué serviría?. Entré con la cabeza gacha, evitando en todo momento su mirada. Entramos a un amplio salón.
-No se si tendré asientos para todos-Nos fuimos acomodando en distintos sofás y sillas, Harry la ayudó a traer algunas más de la cocina. A petición de Neal nos pusimos todos formando un círculo, de manera que nadie quedase excluido de la conversación.
-Bien, el motivo por el cual estamos aquí es simple, vivimos en una sociedad compleja donde la gente "diferente" es mirada con desprecio, es gente a la que se le tiene miedo, y se la acusa sin fundamentos tan solo para encerrarlas en la cárcel y tenerlas vigiladas. Todos nosotros somos personas muy diferentes al resto de la sociedad y hemos mantenido este secreto durante muchísimo tiempo, no queremos que salga a la luz ahora, somos doce personas distintas, tú Lena, aún eres normal, por decirlo de alguna manera. Pero los demás no lo somos, conocemos como Hailey y Alanna han cambiado de vida en menos de una semana pero los demás sois todos un misterio. Para eso estamos aquí, queremos conocer todas y cada una de vuestras historias, como os convertisteis en lo que sois. Uno por uno contara su historia, como si esto fuese... ¿Qué se yo? Una terapia de grupo.
-En ese caso, Blake, supongo que Neal, Jeff y tú, también tendréis algo que contar o ¿Me equivoco?
-No Ryder, no te equivocas, nosotros también contaremos nuestra historia.
No quería contar mi historia, era lo último que deseaba, pero tampoco me inventaría nada, cuando llegase mi turno, hablaría, sin miedo, sin pudor, a pecho descubierto, con el corazón en la mano. Por ella.
-También nos gustaría saber en el caso de Levi, Ryder, Brett, Cedric , Kurt y James porque estáis o habéis estado en centros de reinserción.- Jeff, tenías que hablar, esa historia no le importa a nadie, además de que la mía ya la conocen. Tendré que seguir tragando.
-Bueno, ya es casi la hora de comer... ¿Qué os parece si antes pedimos algo? Podríamos hacer una mezcla entre pizza y KFC para variar un poco, ya que somos muchos- Alanna, siempre tan servicial,  tiene una casa llena de monstruos y en lugar de preocuparse busca la manera de que todos se sientan más cómodos- Después prepararé café y podremos empezar con esta "terapia de grupo"... será uan noche larga, será mejor empezarla con energía.- Dulce, preciosa y amable, Harry... valiente hijo de puta ¿Cómo te has atrevido a morderla? te estrangularía con mis propias manos.
Me ofrecí a ayudar, todos pusimos algo de nuestra parte, Alanna había convencido a Neal y los suyos que soltasen al menos por un rato al grupo de Levi... Levi, que cambiado estaba, se le veía tranquilo incluso amable, se sentía agradecido y a la vez avergonzado por su comportamiento, ella sonreía le decía que no pasaba nada, Kurt y James miraban al suelo.
-Eh, Ryder- Me giré- ¿Qué hacías aquí? -Blake me hablaba en susurros.
-Eso no importa.
-Si que importa.
El timbre de la puerta me salvó, la comida había llegado, las pizzas estaban sobre la mesa, solo faltaba el segundo timbre que anunciase la llegada del pollo del KFC. Cinco minutos más fue lo único que hubo que esperar. Comimos despacio, fue extraño porque todos hablamos como si fuéramos amigos de toda la vida, yo me mantuve en silencio todo el rato, era todo tan raro, Cedric y James gastaban bromas entre sí, Jeff y Levi, Brett y Harry maldita sea, parecíamos un extraño grupo de amigos que se conocen de toda la vida y han quedado para comer... Nada más lejos de la realidad... Cuando acabamos de comer ayudé a tirar todos los restos de cajas, pensé que era el momento propio para decirle algo a Alanna, pero no sabía que decir. Entonces ocurrió.
-Ryder- Ella, me estaba hablando, por un momento pensé que soñaba- Has estado muy callado durante toda la cena ¿Te pasa algo? - Siempre, siempre, esa chica acabaría conmigo, se estaba preocupando por mí, después de todo lo que le he hecho, de la forma en la que me he comportado y ella...se preocupa por mí... por si estoy bien. Me gustaría decirle todo lo que siento. Pero prefiero callarme, no es ni el momento ni el lugar... Aunque quizás debería tirar mi orgullo a la basura junto a las cajas vacías de pizza.
-Estoy bien...-Asiente, no me cree- Aunque... No me apetece la idea de la terapia de grupo.
-Entiendo, a nadie le gusta tener que mostrar sus sentimientos a la fuerza y ante desconocidos, pero si las circunstancias lo requieren hay que adaptarse.
-Quieres que... ¿Te ayude a preparar el café?
-Eso estaría bien- Sonreí, no pude evitarlo, fue un acto completamente involuntario, pero sonreí, de la forma más sincera y ella lo notó y me delvovió la sonrisa, con su típica alegría.
-Alanna... yo... quería hablarte sobre lo que pasó en la cabaña...
-Shh... no digas nada, hagamos como si nada hubiese pasado, pasemos página...volvamos a empezar ¿Vale? -En ese momento hubiese deseado besarla, hacerla mía... pero en qué estaba pensando. Me abrazó, ligera dulce, noté sus brazos alrededor de mi cintura, recordé cuando la hice subir a mi moto, ella me agarraba con fuerza, pero era por miedo, ahora había cariño, la rodeé con mis brazos, ella frágil y pequeña, tenía la cabeza sobre mi pecho... y yo idiota con suerte... un imbécil... una persona a la cual le sonría la diosa fortuna... yo solo pude decir una palabra.
-Gracias.- Ella alzó la vista y me sonrió.
Llevamos a la mesa, dos cafeteras llenas de café, una gran jarra de leche y un azucarero. Trece tacitas, con sus platos y sus cucharas, todos nos fuimos sirviendo café por turnos, unas con mas leche, otros con más azúcar, Brett echó tanta azúcar que Cédric no pudo evitar hacerle la broma.
-Camarero, un poco de café a mi azúcar por favor.
Todos reímos, yo me eché el café tal y como me gusta, solo, fuerte sin leche ni azúcar, muy caliente y amargo.
-Se acabó el descanso, hemos aliviado tensiones, estamos tranquilos, incluso podríamos decir que lo hemos pasado realmente bien, pero se acabó lo que se daba... Ryder ¿Empiezas tú?
-No- Lo sentía mucho por Alanna, pero tenía que hacerlo, era algo que me consumía y debía mostrar mi personalidad, la que todos conocen, esa que me ha hecho tan importante.- Personalmente, preferiría que empezasen los chicos "McFly".
- ¿Los chicos "McFly"? ¿Qué es eso?
-Eso no venía a cuento Ryder- Me acusó Tom.
-¿Cómo que no? Estamos aquí para contar nuestras historias ¿No? Pues yo pido que vosotros seáis los primeros.
- ¿Por qué nosotros? -Se quejó Dougie.
-Esta bien lo haremos, cuanto antes mejor- Harry sabía que se lo tomaría a reto, sabía que después de que yo mencionase el nombre de su grupito reaccionaría a la defensiva, ahora solo basta esperar, probablemente cuando ellos acaben pedirán que la próxima historia sea la mía, entonces no tendré ningún problema. Dí un sorbo al café, me sabía especialmente bien, miré a Brett y a Cedric, me miraban con su mirada cómplice, alabando mi estrategia de mencionar ese nombre... McFly.

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