martes, 9 de agosto de 2011

Capitulo 10

# Every one ask me... Who the hell is she?

~Neal~
-¿Qué tal ha ido?-Paseaba nervioso mientras esperaba la respuesta de Alan.
-Mal, no he tenido tiempo de sacarle nada, creo que no se fiaba de mí.
-Vamos Neal- Ryder me miraba sentado en el sillón, con una pierna sobre el reposabrazos- ¿Cómo se te ocurre dejarle ese trabajo a este ceporro?- Aún me preguntaba si había sido buena idea contárselo a él-Lo único que  me extraña es que la pobre chica no saliese corriendo cuando se encontró al gordo este detrás-Comenzó a reírse, sus ojos eran de un azul tan intenso que intimidaban, su pelo era negro, no del todo corto, él solía llevarlo hacia arriba, las facciones de su cara eran duras. Aún sonriendo daba algo de miedo.
-¿Qué podía hacer?- Pregunté.
-Me lo podías haber dicho a mí ¿No?- Lo miré, todas las chicas caían a los pies de Ryder,bueno hasta que conocían su personalidad. Recuerdo cuando Maraya y Katie lo vieron por primera vez, las dos se enfadaron muchísimo, se odiaban, fue un tiempo insoportable, hasta que descubrieron como era, y se enfadaron aún más, pero ahora con él, ellas hicieron las paces y desde entonces no la han vuelto a dirigir la palabra.
-¿Quieres intentarlo? Adelante- Intenté parecer tranquilo, él sonrió maliciosamente.
-Genial, de aquí a dos días tendrás las respuestas.
-¿Dos días?-Replicó Alan.
-Oye gordo, no puedes presentarte a una persona por la calle y esperar que te suelte toda su vida, "Hola no te conozco, pero hace unos días me convirtieron en vampira" Eres más tonto de lo que pensaba ¿Eh?- Alan cerró los puños con fuerza, Ryder sacó de su bolsillo el paquete de tabaco, cogió un cigarro se lo puso entre los labios y lo encendió. Dio una calada y soltó una gran bocanada de humo.
En cierto modo tenía razón, era una estupidez abordar a alguien por la calle y esperar que te cuente que ha sido mordida por un vampiro, tampoco me agradaba la idea de dejar a Ryder a sus anchas pero "¿Qué podía hacer?"
~Alanna~
Había sido un día un tanto pesado para mi gusto, llegué antes de la hora acordada, por lo que me tocaba dar explicaciones. Les conté lod e aquel tipo.
-¿Cómo se llamaba?- preguntó Tom.
-¿Bicho?- Lo cierto es que no me acordaba- Sé que me dijo su nombre... pero no me acuerdo.
-¿Bicho?- Danny se echó a reír- Un bonito nombre...Bicho- me reí con él.
Decidí acostarme, tenía sueño, había sido un día muy cansado, me despedí de los chicos y subí a la habitación. Esta vez me dormí rápido, soñé con ese chico, Neal... estaba con él, con el Bicho, yo pasaba por delante de la joyería y ellos me seguían con la mirada, seguí hacia delante, sentí la necesidad de girarme y cuando lo hice habían desaparecido, comencé a caminar más rápido, derrepente de un callejón aparecieron dos lobos enormes, me giré para salir corriendo pero me habían cerrado el paso.
Me desperté en ese momento, estaba algo asustada, miré el reloj, la una y cuarto. Me levanté de un salto y me vestí los más rápido que pude, bajé corriendo las escaleras. Harry y Dougie estaban poniendo la mesa.
-¿Por qué no me habéis despertado?
-Bueno, estabas tan mona durmiendo, que pensé que sería mejor dejarte tranquila- Harry me sonreía- Siéntate hay espaguetis.
-¿Y los demás?- Dije mientras me sentaba en una de las sillas.
-Tom ha ido a ver a Giovanna que ha venido a pasar unos días en un pueblecito de aquí cerca y Danny ha ido a dar un paseo.
-¿Solo?-Me preocupaba ese chico.
-No te preocupes, nos ha prometido que si vuelve a notar el dlor nos llamará ensguida- Colocó los platos con la comida sobre la mesa.
-¡A COMER!- Gritó Dougie.
"Este chico tiene un don para hacer reír". Harry sonrió y se sentó, comimos intercalando algunas bromas, era fácil acostumbrarse a Dougie, es de ese tipo de personas con las que no puedes estar incómodo. Mientras recogíamos la mesa sonó el móvil de Harry. Un escalofrío recorrió mi espalda. "Malas noticias".
-Danny, ¿Eres tú?...tranquilo...espera...no Danny...eh...eh..-Colgó- ¡MIERDA!- me miró, yo estaba asustada, sabía lo que pasaba, me volvió la cara- Dougie, tenemos que ir.
-¿Y que pasa con Alanna?- Preguntó.
-Alanna, tendrás que quedarte aquí- asentí ligeramente.
Los dos salieron por la puerta, "esto se está convirtiendo en una jodida rutina, todos los días igual", me dejé caer en el sofá con los ojos llorosos.
~Ryder~
Cogí la moto, apagué el cigarro y aceleré, apenas recordaba donde estaba la casa, pero aún así llegué en diez minutos. Estaba frente a la puerta, sabía que si alguno de ellos estaba con la chica tendría problemas, pero yo nunca he pensado las cosas y no iba a empezar entonces, me acerqué a la puerta y di dos golpes, escuché pasos y a los pocos segundos una chica abrió la puerta.
-Hola- tenía los ojos enrojecidos, había estado llorando.
-Hola, una pregunta...- alzó las cejas esperando- ¿Vendrás conmigo pro las buenas o por las malas?
-¿Disculpa? Creo que te equivocas de prsona.
-No, no me equivoco...Alanna Benassi ¿No?- Asintió- se reconoce a una vampira con facilidad- abrió los ojos e intentó cerrar la puerta, pero yo fui más rápido, la hice ceder, gritó y subió las escaleras.
-No quiero que empecemos mal, vamos no me lo pongas difícil, será peor- escuché como se cerraba una puerta.
Acabé de subir las escaleras, miré a ambos lados solo había una puerta cerrada, hacía tiempo que no estaba en esa casa, pero lo recordaba, la última habitación era la de Judd, la que daba al jardín trasero. Golpeé la puerta con el puño.
-¿Vete1 Déjame en paz, yo no te he hecho nada- me gritaba desde la habitación.
-Lo siento, es lo que hay- le di una fuerte patada  la puerta, ella gritó. Estaba llorando, podía escucharla- Está bien me voy- bajé las escaleras y me escondí en la cocina, media hora después escuché como salía de la habitación y bajaba las escaleras, miraba a de un lado a otro, asustada, aturdida, con lágrimas aún en los ojos, sentí pena, ella no era culpable de nada. Se acercó a la puerta, salté tras ella y la cogí, sosteniéndola por   la cintura con una mano y tapándole la boca con la otra.
-Escúchame, no quiero hacerte daño, solo hablar, pero necesito que vengas conmigo, ¿Vas a colaborar?- noté como asentía- se te destapó la boca ¿Gritarás?- negó-¿Puedo confiar en ti?- asintió de nuevo.
Lentamenté aparté mi mano de su boca, preparado por si volvía gritar, pero no lo hizo, me encaminé hacia la puerta segurándome que me seguía.
-Pasa delante- obedeció, caminó hasta llegar a la moto- Sube- me miró suplicante, me subí, agachó la cabeza y acto seguido subió. Arranqué la moto- Agárrate fuerte- noté comos sus brazos me rodeaban con fuerza, su cabeza estaba sobre mi espalda.
Aceleré y sus brazos se cerraron en torno a mí con más fuerza.




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